El alcalde de Coripe (Sevilla), donde el Domingo de Resurrección se quemó una figura que representaba a la asesina confesa del niño Gabriel Cruz, ha pedido perdón a los padres del pequeño por "el revuelo que se ha formado" y ha asegurado que en su pueblo no son "racistas".
Antonio Pérez ha defendido la tradición de la Quema de Judas, según la cuál cada Domingo de Resurrección se quema una figura que representa a alguien conocido por haber realizado alguna mala acción y que se mantiene en secreto, tras ser elegido por las familias de los alumnos de segundo de ESO del colegio del pueblo para sufragar con las actividades paralelas de la jornada parte de su viaje de fin de curso.
El alcalde, que ha reconocido que pensaba que este año el "quemado" iba a ser Puigdemont, ha pedido perdón a los padres de Gabriel, que ha emitido un comunicado en el que muestran su "frustración, tristeza y pesar" por lo ocurrido en Coripe. "Nunca pensamos que se armaría esto", ha dicho el alcalde de Coripe, que ha recordado que el pueblo tiene unos 1.300 habitantes, y que el domingo había muchas más personas en la plaza.
Ha admitido que "pudo haber insultos, ni se sabe por parte de quién, pero hay que entender la idiosincrasia de un pueblo y de una tradición, en la que no hay maldad, pudo haber insultos pero no hubo racismo". El Movimiento contra la Intolerancia ha denunciado ante la Fiscalía de Delitos de Odio que durante la fiesta de la Quema de Judas profirieron "vejaciones racistas y violentas" contra un muñeco que representaba a Ana Julia Quezada.
En el comunicado emitido por Patricia Ramírez y Ángel Cruz, los padres de Gabriel, señalan que "nos ha costado un esfuerzo enorme leer la noticia en el periódico y por supuesto no hemos tenido fuerzas suficientes para visionar los vídeos colgados en internet, asombrados a su vez de que tantos miles de personas pudiesen a ver semejante muestra de rabia e indignación".
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Localizaba establecimientos con un único trabajador, realizaba su pedido y al proceder al pago, aprovechando el despiste del dependiente, lo amenazaba con un arma hasta que le entregaba el dinero de la caja registradora.