La imagen más caliente del verano es la de unos trabajadores echando alquitrán a 80 grados. Si el infierno existe, debe parecerse al trabajo de Manuel y Manuel, asfaltar carreteras "de ocho y media de la mañana a ocho de la tarde". Y ni la ola de calor les permitirá cambiar su horario.
Pero cuando lo que hay son alternativas para combatir el calor, lo mejor es tomarlas. Por ejemplo, correr con zapatillas último modelo, auriculares inalámbricos y pulsómetro, pero algunos no llevan ni camiseta, gafas, gorra, ni crema.
Para hacer deporte, se puede buscar en un mapa las fuentes de agua potable para diseñar el trayecto.
Tampoco se puede olvidar de beber, aunque no exactamente una cerveza. El alcohol y la cafeína aumentan la deshidratación, así que en plena ola de calor es mejor beber agua. Y nada de callos, costillas y demás comidas copiosas que aumentan la temperatura.
Emilio Benito, supervisor en SAMUR, da cuatro recomendaciones extra: "Sombra, siesta, botijo y abanico". Porque cuando la ola de calor aprieta, no se puede estar distraído porque "nosotros no conocemos cómo nuestro propio organismo se va a desenvolver durante un golpe de calor", advierte Benito.
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