La electricidad es la forma más cara de conseguir calor y la más utilizada. Sin embargo, existen algunas alternativas a la calefacción que pueden abaratar nuestra factura eléctrica en plena crisis energética y, en ocasiones, incluso de forma más sostenible.
Es el caso de las calderas de biomasa. Se trata de una alternativa que podría reducir el 20% del consumo total de energía en los hogares. Además, es 100% renovable, ya que el combustible que utiliza es ecológico. No obstante, sus precios superan los 1.000 euros.
Más económica es la opción de la estufa de butano. Por menos de 100 euros existen en el mercado este tipo de estufas aptas para calentar una casa al completo de forma rápida. Si bien para ello es necesario tener un buen conducto de ventilación, ya que el humo que desprende está compuesto, en parte, por monóxido de carbono.
Las tradicionales chimeneas de leña han aumentado su demanda en un 165% en Europa desde el pasado invierno. Sus emisiones son neutras, por lo que pueden ser unas buenas sustitutas para el medio ambiente, pero de media superan los 1.400 euros. Además, con el aumento de la demanda, el precio de su combustible, la leña, se ha encarecido mucho: actualmente, un saco de 25 kilos puede rondar los 17 euros y aproximadamente duraría una semana en una casa convencional.
Entre sus ventajas, en cambio, está el alto rendimiento que proporciona y su vida útil, que supera el tiempo de vida de un ser humano. Además, son fáciles de instalar y utilizar. Sin embargo, también tiene algunos inconvenientes: no podemos instalarla en pisos, ya que precisa de una salida de humos al exterior y la estancia debe estar ventilada durante su uso. Además, los instaladores de estufas advierten: no se puede echar cualquier combustible. Está prohibida, por ejemplo, la quema de plásticos.
Lo mismo ocurre con las estufas de pellets. Se pueden encontrar en el mercado desde 700 euros para calentar una estancia de unos 80 metros. Sin embargo, tampoco se pueden colocar en cualquier lugar, sino que deben tener una salida de humor.
Otra opción es la chimenea de bioetanol. Las podemos encontrar desde 319 euros para calentar una estancia de 50 metros cuadrados. No huele y no genera humos, pero aquí el tamaño importa: calienta poco.
Los tradicionales braseros son otro sistema de calefacción rápido y económico, pero muy peligroso. Existen a base de brasas, eléctricos o con picón, pero su riesgo es siempre el mismo: una mala combustión puede acumular monóxido de carbono y causar quemaduras.
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Dicho todo esto, cabe señalar que lo barato sale caro. Es lo que ocurre con la calefacción eléctrica barata. La mejor opción para calentar estancias, según la OCU, es la bomba de calor. "Se gasta una media de cinco horas y el precio es de tan solo un euro", señala Manuel Amate, CEO de Domo Electra.
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