Pedro Luis Gallego, el 'violador del ascensor', se ha declarado culpable de los cuatro delitos sexuales que se le imputan en el juicio que ha comenzado este jueves, cometidos en Madrid a finales de 2016 y principios de 2017.
"Me considero culpable", ha dicho el acusado al ser preguntado por el tribunal sobre si era el responsable de los hechos de los que se le acusa, al inicio del juicio. "Estoy arrepentido de todo lo que he hecho, e incluso de haber nacido", ha continuado.
Ha asegurado que tiene un problema psicológico del que no ha sido tratado específicamente, a pesar de haberlo solicitado, asegura: "Que me entiendan a mi también porque yo me considero una víctima de mí mismo. Tengo un impulso que no puedo controlar".
La Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Madrid juzga desde este jueves a Pedro Luis Gallego, conocido como el violador del ascensor, que ahora se enfrenta a 96 años de cárcel por la violación de dos mujeres y otros dos intentos en 2017 en las cercanías del hospital La Paz.
Gallego ya fue condenado en su momento a 273 años de cárcel por el asesinato de Leticia Lebrato, de 17 años, en Valladolid, y de Marta Obregón, de 19, en Burgos, además de otras 18 agresiones sexuales.
Antes del juicio, la abogada de la asociación Clara Campoamor, Ángeles López, que representa a una de las víctimas, ha afirmado que esta causa ha estado "muy bien instruida" y es "sólida" ya que la Policía Nacional ha hecho un buen trabajo con pruebas de ADN, restos de fibras y huellas.
Dos violaciones y dos intentos de violación
La primera acción delictiva que la Fiscalía le imputa ahora se produjo en diciembre de 2016, cuando abordó "repentinamente" con una pistola a una menor de 17 años en una calle de la zona norte de Madrid. Varios viandantes impidieron que se la llevara y la joven solo resultó herida leve.
Tan solo dos meses después, en de febrero de 2017, Pedro Luis Gallego Fernández acudió a otra calle situada en la misma zona donde, tras encañonar a una joven con una pistola, la llevó hasta su coche, "le tapó con un gorro los ojos, le ató las manos por la espalda con bridas y la tumbó en el suelo de los asientos traseros del vehículo".
A continuación la llevó hasta su domicilio en Segovia, "donde maniatada e impedida de toda visión tuvo que soportar del procesado que la agrediera sexualmente en cinco ocasiones". Al día siguiente dejó a la víctima en una calle de Madrid "previo lavado del cuerpo para evitar dejar vestigios".
El tercer hecho delictivo que se le imputa se refiere a un intento de rapto ocurrido en la madrugada del 2 de abril de 2017, cuando abordó en plena calle a otra joven a la que exigió a la fuerza que se introdujera en el coche, "llegando a empujones a meterla dentro del vehículo". Sin embargo, la víctima logró huir del lugar.
La última acción delictiva por la que se le juzga ahora la cometió el 14 de abril de 2017. En una calle madrileña abordó a otra mujer a la que, tras colocarle una pistola en la cabeza, introdujo "a empujones" en un coche para trasladarla a Segovia, donde la forzó sexualmente durante días.
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