Seguimos conociendo detalles del crimen machista que tuvo lugar en Oia (Pontevedra), con un guardia civil que mató a tiros a su expareja antes de suicidarse. Según publica 'La Voz de Galicia', el autor del crimen intentó sobornar a su víctima con 35.000 euros para que retirara la denuncia por maltrato que tenía interpuesta contra él.

El motivo que esgrimió este hombre es que, con esta denuncia, perdería el trabajo en la Guardia Civil y vería complicaciones para conseguir otra ocupación. Víctor González estuvo esperando durante horas dentro de una furgoneta a que su expareja saliese del camping en el que trabajaba.

El plan del asesino comenzó 11 días antes de perpetrarlo, cuando escribió al propietario de una caravana con lunas tintadas. La necesitaba para los días 2, 3 y 4 de junio, pero se encontraba en reparación hasta el día 31. 24 horas antes de la tragedia, el guardia civil volvió a contactar con él para recogerla en Vigo a las 20:30 horas.

"Buenos días. Ayer me olvidé de comentarte que la velocidad máxima para circular la furgo son 100 kilómetros por hora. Saludos", escribió el propietario el mismo sábado por WhatsApp, a lo que Víctor respondió con un escueto "Ok". Estos mensajes fueron escritos apenas una hora y cinco minutos antes de que matase a su expareja de dos disparos.

Según informa el diario, en el sumario judicializado de la investigación recogen que sus amistades relacionadas con el trapicheo y consumo de estupefacientes podrían haber ayudado a Víctor a obtener el arma con la que perpetró su crimen.

Las notas de despedida que dejó escritas a mano y la pertenencia de munición en su coche evidencian que fue un asesinato premeditado. Ya en las semanas previas, Vanesa se vio asaltada en varias ocasiones por su expareja.