La localidad de Garachico, en la costa norte de Tenerife, se recupera aún del embate del mar, que en la noche del sábado y la mañana del pasado domingo dejó numerosos destrozos en la Avenida Marítima y grandes daños en al menos diez locales y dos viviendas situadas en los bajos de uno de los edificios que tuvieron que ser evacuados.
Alrededor de 40 personas abandonaron sus casas ante unas olas que alcanzaron hasta la tercera planta en un edificio, y aunque la mayoría se acomodaron en casas de familiares y cuatro de ellas han pasado la noche en un albergue, informaron fuentes municipales.
El daño en los locales fue tal que el mar derribó muros y llegó a arrancar y sacar a la calle la barra de un bar. De hecho la mayor preocupación ahora mismo del alcalde, José Heriberto González, es ver cómo se pueden cerrar los locales y viviendas que fueron arrasados, puesto que tienen paredes caídas y cualquiera podría entrar.
La mar sigue agitada y la carretera de acceso por la costa cortada, pero el agua no ha vuelto a entrar a la villa desde el mediodía del domingo. Se espera que a lo largo del día la carretera pueda quedar abierta al tráfico de vehículos, aunque tiene el asfalto levantado en algunas zonas y seguirá cerrada para los peatones.
El oleaje también dejó arrasado el campo de fútbol, cuyo césped fue arrancado, y las instalaciones están sirviendo ahora de almacén de enseres arrastrados por el agua. El Gobierno canario ya ha desactivado la situación de alerta por las olas en el archipiélago y la Agencia Estatal de meteorología ha hecho lo propio con el aviso amarillo.
Tanto el ejecutivo regional como el Cabildo de Tenerife han anunciado que habilitarán ayudas de emergencia para contribuir a reparar los destrozos.