Con un cometido casi secreto como iluminados divinos capaces de investigar la realidad de mundos superiores y unas cualidades muy concretas, los gnósticos se definen como la iglesia invisible de Jesucristo. Tan antiquísimos, apuntan, como para haber salpicado la cultura egipcia, maya, griega: así hasta nuestros días y con un líder, presumen, que hizo asequible sus creencias.
Samael Aun Weor es el nombre del hombre colombiano que expandió la Gnosis por Latinoamérica y enganchó, entre otros, al mismísimo Cantinflas.
Entre sus preceptos está una lucha contra el ego, una premisa que tenía pendiente la propia Patricia Aguilar como dejó por escrito: sus notas y dibujos son una pista clave de su destino que abre una vía de investigación para otros casos sin resolver.
La joven española negó estar relacionada con ninguna secta y afirmó estar en pleno uso de sus facultades mentales. A través de unos vídeos publicados en Internet, desmintió estar coaccionada y acusó a los medios de mentir. Además, Patricia Aguilar pidió a Pablo Iglesias que se ocupara de su caso. "Es joven y sabe lo que es ser acosado por los medios", añadió.