La catástrofe de Sant Llorenç tuvo lugar al juntarse varios factores. Primero, la cantidad de agua que cayó: 232 litros por metro cuadrado en solo cuatro horas. Un tren de tormentas azotó a esa zona rodeada de montañas, considerada de alto riesgo de inundaciones.
El agua bajó desde la sierra, con una gran pendiente, como una rampa que fue recogiendo la lluvia de varios torrentes. Justo en la entrada a Sant Llorenç, el torrente de Ses Planes está canalizado, encajonado en hormigón; una bomba.
"Es un error, estás desnaturalizando un río o un torrente que además está pasando por encima de un pueblo. Lo que genera es una bomba explosiva, un tapón más la vegetación y todo lo que encuentra a su paso", explica Joanna Ivars, miembro del equipo de laSexta Meteo.
Este es arrastrado a gran velocidad. Como los coches que estaban aparcados en la zona, quedaron apilados colapsando varias carreteras. Por eso, los servicios de emergencias tardaron más en llegar.
Los bomberos han denunciado falta de coordinación. "Ha habido muchos compañeros que han querido actuar y no han podido", critica Miguel Uclés, portavoz de la Plataforma Unitaria de Bomberos Profesionales. Otro problema son las viviendas construidas justo en la salida natural del agua. Y sí, se sabia que iba a llover en Mallorca, pero es practicamente imposible predecir un episodio así.