Los agentes de los Mossos d'Esquadra que aquella noche estaban de guardia no han podido olvidar cómo encontraron a la víctima de la violación de Igualada. "Le salía sangre de la oreja y había un charco de sangre en las partes bajas, en el suelo", asegura una de las personas que ha testificado en la sesión del juicio celebrada este martes.
La víctima abría los ojos, pero casi no podía articular palabra y estaba prácticamente desnuda. "A la chica la encontramos con la chaqueta que le pusieron los camioneros, pero en la parte de abajo no tenía ropa y hacía mucho frío", cuenta otro de los agentes.
Las cámaras de seguridad tenían grabado al autor de los hechos acechando a su víctima. "Se ve cómo una persona va siguiéndola totalmente y en un momento determinado sale corriendo hacia ella", han detallado en la jornada del juicio celebrada este martes.
No obstante, los Mossos tardaron cinco meses en detenerle. Su localización fue difícil porque las imágenes no eran suficientemente nítidas y la chica no recordaba absolutamente nada. Llegó incluso a ir junto a un Mosso al lugar de la violación.
La clave llegaría unos meses después, cuando localizan un vídeo grabado aquella noche por un vecino en los alrdedores de la discoteca. En dicho vídeo, aparece el presunto violador con la misma indumentaria y el mismo pelo. Es entonces cuando llega el momento de la detención.
"En la chaqueta se encontró lo que en un primer momento parecían muestras biológicas y dieron positivo a ADN de la víctima", sentencia una agente. Es por eso que los investigadores han defendido ante el juez que fue el acusado quien violó y dejó al borde de la muerte a la víctima, de tan solo 16 años.