Beatriz Flamini, deportista de élite, lleva 500 días en soledad, sin referencias temporales ni contacto con el exterior. En concreto, el 20 de noviembre de 2021, cuando decidió meterse en una cueva para superar un nuevo reto. "No es algo que hago por imposición, es algo que elijo y me causa mucha curiosidad, fortaleza y alegría", apuntaba Flamini minutos antes de empezar su nueva vida.
La alpinista se graba vídeos narrando sus vivencias pero no tiene referencia horaria ni de días en las cámaras. "El tiempo no pasa, siempre son las 4 de la mañana", ha contado en una de esas grabaciones. Bajo tierra documenta sus ejercicios, sus comidas y también las dificultades que va atravesando. Aunque no tiene ningún contacto con personas, su experiencia la siguen a diario un grupo de investigadores y psicólogos. "Beatriz tiene un montón de habilidades psicológicas de manera intuitiva", destaca Débora Godoy, psicóloga de la Universidad de Granada. "En psicología del deporte se habla de las cinco grandes capacidades: atención, concentración, motivación, autoconfianza y cohesión. Beatriz tiene las cinco hiperdesarrolladas", añade.
Julia Román, espeleóloga profesional, conoce la cueva. Ha llegado a estar 12 horas bajo tierra pero confiesa que aguantar más se le haría muy complicado: "El reto físico es también psicológico, date cuenta que en una cueva pierdes la noción del tiempo".
Beatriz deja al equipo las tarjetas que ha ido grabando en una zona de intercambio de la propia cueva programada con los espeleólogos. Por delante vivirá las últimas horas en la cueva, ya que está previsto que mañana vuelva a ver la luz 500 días después.
Espeleóloga y karateka
Beatriz Flamini es alpinista, escaladora, espeleóloga y deportista de élite. Su especialidad es el kárate. Flamini se considera una apasionada de la montaña, ha realizado expediciones por las cimas más altas del mundo. No tiene un domicilio fijo, vive desde hace 4 años en una furgoneta. Beatriz es madrileña, entró a la cueva con 48 años y saldrá con 50.