El 32% de las mujeres admite haberla sufrido

Las asignaturas pendientes de la lucha contra la violencia machista 20 años después de la ley de violencia de género

Mucho por hacer A pesar de las modificaciones de la ley, queda por tratar lo relacionado con la trata de blancas, con la violencia económica y con el matrimonio forzado, entre otras cosas.

Manifestación contra la violencia machista

Veinte años hace desde que, en aquel 28 de diciembre de 2004, se aprobase por unanimidad la Ley contra la Violencia de Género. La ley que permitió que se comenzase a contabilizar en España a las víctimas de violencia machista. Para que empezase a haber registros. Fue Diana Yanet Vargas la primera víctima mortal, después de que su pareja la tirase por el balón en la noche de Reyes. A día de hoy son ya 1.291 mujeres asesinadas.

Porque a pesar de los pasos que se han dado hacia adelante, porque a pesar de que la ley se ha ido modificando para añadir por ejemplo a las menores entre las víctimas mortales o que se considerasen otras formas de violencia contra la mujer como la violencia sexual, todavía quedan muchas cosas por hacer. Todavía queda mucho trabajo por delante.

Queda todo lo relacionado con la trata de blancas, con la violencia económica, con el matrimonio forzado. Porque un 32% de las mujeres admite haber sufrido violencia machista alguna vez. Porque el riesgo de violencia machista y de homicidios es mucho mayor si el agresor percibe que pierde el control de las mujeres.

"Sales a la calle y parece que eras culpable

Una violencia estructural, consolidada desde hace siglos. Una legitimada, una herramienta para reforzar la supremacía masculina en una cultura que legitima, de manera más o menos explícita, la dominación del hombre sobre la mujer en todos los ámbitos de la vida.

Por eso, a pesar de las dos décadas que han pasado desde la aprobación de dicha ley, sigue quedando mucho trabajo por delante. Sigue quedando algo que debe cambiar. "Sales a la calle y parece que tú eras la culpable", afirma una víctima.

Afirma una de las muchas mujeres que han sufrido y que siguen sufriendo la violencia machista. "Esa ley fue muy importante. Atendíamos a las víctimas en condiciones precarias. Acudíamos con ellas a los juzgados, a juicios de faltas. No estaba contemplado como delito, y las mujeres no se atrevían a denunciar".

Hasta 2004, "homicidio con agravante de parentesco"

Los asesinatos machistas existen desde siempre, pero hasta 2004 no se juzgaba esto como tal. Por ese momento, se llamaba "homicidio con agravante por parentesco", y la condena máxima para estos delincuentes era de 15 años de prisión. Estaba totalmente normalizado, con frases en las calles que lo justificaban así: "Si tu mujer es una guarra le tienes que partir la cara".

El asesinato de Ana Orantes, en 1997, fue un punto de inflexión. Tras aparecer en la televisión contando la violencia que había sufrido, su exmarido la asesinó. Así nació una norma pionera que ha hecho de España una referencia internacional. Se creó una red de recursos especializados, como juzgados de violencia machista, casas de acogida, centros de atención a mujeres...

La estadística oficial, que llegaba tarde y mal, no incluía los asesinatos cometidos por las ex parejas. Hubo que poner en marcha la maquinaria para que funcionase el 016, las pulseras de control telemático de los agresores, el sistema Viogén de valoración del riesgo de las víctimas, los planes de prevención o la tutela institucional.

Desde esa ley, más de dos millones de mujeres han denunciado maltrato

La ley logró dar visibilidad a un problema oculto desde el punto de vista histórico. Se rompió el silencio. Se fomentó la denuncia y la búsqueda de ayuda por parte de las víctimas. Desde que entrase en vigor, más de dos millones de mujeres han denunciado maltrato, algo que antes era impensable.

Las herramientas para poner freno a esta lacra, sin embargo, siguen siendo insuficientes a tenor de los datos oficiales. En lo que va de 2024, 46 mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas o exparejas y, desde el año 2003, fecha en la que se puso en marcha el registro oficial, el número de víctimas asciende a 1.291.