Más de 260 marquesinas de autobús y metro en 30 ciudades de nuestro país se han visto empapeladas con carteles gigantes en los que la Asociación Católica de Propagandistas llama a rezar delante de clínicas antiabortistas, una respuesta a la iniciativa del Gobierno de tipificar estas acciones como un delito.
"Rezar frente a una clínica antiabortista está genial", dicen desde esta asociación, conocida por hacer precisamente eso, acudir a clínicas de interrupción del embarazo para hostigar a las mujeres que ejercen su derecho a decidir. Ellos dicen que acuden a "rescatar" a las mujeres.
La asociación en cuestión está nutrida por las juventudes de Vox o por Derecho a vivir y, dicen, que su campaña ha cumplido con su objetivo. Varias ciudades las han retirado ya y en la capital, el PSOE ha reclamado al Ayuntamiento y a la Comunidad que las quiten.
"Es una campaña que ataca a un derecho a las mujeres, en general, y a las que deciden ejercer su derecho a la interrupción voluntaria del embarazo", ha deplorado en declaraciones a esta cadena la portavoz de la Asociación de Clínicas de Interrupción del Embarazo, Sonia Lamas.
La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha arremetido este jueves contra la campaña y ha asegurado que rezar ante las clínicas "es acosar a las mujeres, ir contra sus derechos fundamentales".
"El derecho fundamental a rezar, a profesar cualquier religión es un derecho que se debe de preservar, pero cuando tú robas, aunque lo hagas rezando, estás robando y cuando tú acosas a una mujer que está tratando de ejercer un derecho fundamental como es el derecho a decidir sobre su propio cuerpo, aunque lo hagas rezando, estás acosando", ha aseverado la titular de Igualdad.
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