A Madrid no la va a reconocer ni el obrero que la asfaltó y detrás vendrán más ciudades. A partir del 23 de noviembre habrá un mapa revolucionario de la zona de acceso restringida del centro, a la que no todos podrán entrar. Sí podrán hacerlo los residentes, sus invitados, vehículos eléctricos, cero y eco, de movilidad reducida, servicios públicos, carga y descarga y usuarios de garajes.
Los que se verán impedidos de entrar en esa zona serán los no residentes, vehículos de etiqueta B, C, o sin etiquetar, salvo que vayan a un parking. Si están llenos, un agente nos indicará que no entremos, para evitar los 90 euros de multa.
Atención a la ordenanza de movilidad sostenible aprobada porque tiene para todos. Empezamos por los conductores: en las calles de un solo carril o solo un carril por sentido, es decir, el 85%, circularemos a un máximo de 30 kilómetros por hora.
Motoristas, seguimos con vosotros: no volveremos a meter tripa para caminar por una acera con una moto aparcada. La ordenanza las saca de aceras de menos de tres metros de anchura y de a menos de cinco metros de un paso de peatones.
Peatones, os toca: en zonas 30 podremos cruzar por donde queramos. Ciclistas, patinadores y demás vehículos de movilidad personal bajan al asfalto. Porque las medidas, copiables en el resto de ciudades, buscan descongestionar calles y aceras.
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