En Galicia hay casi 4.000 poblaciones deshabitadas, pequeños núcleos de casas diseminadas que apenas tienen servicios. Pero cuando llega el verano la situación empeora e, incluso, poblaciones más grandes quedan desprovistas de servicios médicos. Es por eso que, en estos días, en Moaña, para que te atienda un médico hay que hacer cola hasta en la calle. "Esto está colapsado", denuncia un vecino, mientras que otro denuncia que le han dado cita médica para dentro de "15 días".

Con las vacaciones han suprimido el médico de tarde, un hecho que se repite cada verano, tal y como denuncian los sindicatos. "La sanidad no puede dejarse a la improvisación", denuncia Teresa Macías, responsable del CSIF A Coruña.

Por su parte, el responsable del centro de salud dice que aquellos pacientes que tenían citas programadas para la tarde las mantienen porque los médicos de mañana están prolongando jornada.

Debido a esta situación, durante el mes de julio se multiplican las protestas en los pueblos por la falta de médicos. En Outes, en A Coruña, se quedan sin pediatra en verano y pasan de 5 a 3 facultativos.

Pero en otros pueblos, como en Antas de Ulla, en Lugo, la Xunta acaba de dejarlos con sólo un médico permanentemente. En estos núcleos la "población está muy envejecida y no puede desplazarse", por lo que "el médico llega a consultar en un solo día a 70 personas", afirma Pilar García Porto, alcaldesa de Antas de Ulla. Por su parte, los vecinos de Negueira de Muñiz o del Courel, en Lugo, tienen que recorrer hasta 90 kilómetros para que los vea un médico.

Mientras tanto, la Xunta de Galicia dice que se garantiza una asistencia médica de calidad durante todo el año, un hecho que niegan los vecinos y los sindicatos, que ven cómo sus médicos se desplazan a lugares mejor pagados y con contratos estables.