Un ruso asaltó este jueves una tienda de comestibles en las afueras de Moscú, donde se atrincheró con un fusil en la mano y pidió un coñac antes de entregarse a los agentes del orden que llegaron al lugar del suceso, según ha informado la prensa local.
El insólito hecho, que acabó sin víctimas y con el atacante detenido, tuvo lugar en la localidad de Kotelniki, a 22 kilómetros al sureste de la capital rusa, ha apuntado la agencia Interfax.
Antes de la llegada de las fuerzas de seguridad, el hombre realizó un disparo en el techo, lo que provocó la huida de los trabajadores y los clientes del local, y una vez que los agentes comenzaron a negociar con él, "puso como condición que le trajeran una botella de coñac, y cuando se la dieron, se entregó a la policía", ha explicado una fuente consultada por la agencia.
Según varios medios, el hombre tomó la tienda por "un ataque de celos" y esperaba encontrar allí a su pareja para hablar de su relación. Al parecer, la mujer trabaja como modista en un "atelier" abierto en el mismo edificio, pero en el momento del ataque no estaba allí.
Otras fuentes indican que la mujer del atacante le había dejado y este buscaba "vengarse" y "provocar daño" en su lugar de trabajo. Toda la operación policial se prolongó por varias horas, precisa el portal Kotelniki.Info. La Policía acusó al detenido de gamberrismo con el uso de armas, lo que podría acarrear una pena de cárcel de hasta 7 años.
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