Miles de asturianos y gallegos que emigraron a América enviaron dinero a sus tierras natales para cuidar de los suyos y construir escuelas para sus hijos. Estas aulas se convirtieron en el lugar donde generaciones de niños aprendieron a leer y escribir, permitiendo a muchos acceder a un futuro mejor.

Décadas después, esas mimas escuelas siguen cumpliendo un papel fundamental en el tejido social de Guitiriz, en la provincia de Lugo, aunque con un propósito diferente. El Ayuntamiento ha transformado estos edificios en viviendas sociales que hoy ofrecen refugio a migrantes que llegan buscando nuevas oportunidades.

"Nosotros intentamos darle esa salida", explica Marisol Morandeira, alcaldesa de Guitiriz, quien destaca el enfoque social que ha guiado este proyecto de rehabilitación. Las habitaciones, que antes albergaban pupitres y pizarras, ahora son hogares temporales donde se acoge a familias en situación de vulnerabilidad, brindándoles un espacio seguro mientras se asientan.

Este plan de rehabilitación no solo supone una nueva oportunidad para quienes más lo necesitan, sino que también permite poner en valor un patrimonio rural que de otro modo podría haberse perdido en el tiempo. Los edificios, que una vez fueron cuna del conocimiento para generaciones de gallegos, ahora son símbolo de acogida e integración para aquellos que buscan construir una nueva vida en España.