Ni le ponemos cara ni tampoco sabemos su nombre. Sin embargo, lo que sí que sabemos sobre Bansky es que no revelar su identidad le está empezando a salir más caro de lo que se pensaba: el grafitero ha perdido sus derechos de autor de su obra más conocida, el 'Lanzador de flores'.
El artista llevaba dos años inmerso en una batalla judicial contra la compañía de postales Full Colour Black, que comercializaba la obra a un precio de más de tres euros. A pesar de que la obra del 'Lanzador de flores' fue pintada por el artista en los muros de Jerusalén (Israel) en 2003, el grafitero ha perdido el combate por querer permanecer en el anonimato.
Así lo ha dictaminado el tribunal de la Oficina de la Propiedad intelectual de la Unión Europea, quien resolvió que el grafitero no podía reclamar la obra como marca registrada de la UE a menos que realmente sea el propietario y revele su verdadero nombre: "Banksy ha optado por permanecer en el anonimato y, en su mayor parte, pintar graffitis en la propiedad de otras personas sin su permiso, en lugar de pintarlos en lienzos o en su propia propiedad", relatan en la sentencia.
Bansky abrió una tienda de regalos en octubre de 2019 con el nombre de 'Producto interno bruto'. El local situado en Croydon, al sur de Londres, no era más que una maniobra del artista en el juicio contra Full Colour Black. "Posiblemente, la razón menos poética para hacer alguna obra de arte: la disputa por la marca registrada", expresó en ese momento.
Sin embargo, la creación de esta tienda ha resultado ser perjudicial para el artista dado que el tribunal considera que "su intención no era utilizar la marca como marca comercial para comercializar productos sino sólo para aprovecharse de la ley. Estas acciones son incompatibles con las prácticas honestas".
Además, Banksy había defendido en varias ocasiones que "los derechos de autor eran para los perdedores" y que por ello sus obras eran de uso y descarga gratuita. Por este motivo, la sentencia del tribunal señala que el artista siempre ha sido muy claro respecto a su indiferencia por los derechos de propiedad intelectual.
Aaron Mills, abogado que ha representado a la compañía de postales, se ha pronunciado al respecto la decisión del jurado señalando que este fallo podría significar que "todas las marcas registradas de Banksy están en riesgo, ya que todas sus obras tienen el mismo problema".
¿Quién es Bansky?
La respuesta a esta pregunta es clara y concisa: no se sabe. Sin embargo, y a pesar de que Bansky no ha revelado nunca su identidad, desde que aparecieron sus primeras manifestaciones artísticas se han dado lugar a múltiples conjeturas sobre su persona.
La teoría más reciente señalaba que el grafitero anónimo podría ser Neil Buchanan, el famoso "manitas" de Art Attack, el programa de manualidades que estuvo casi 20 años en antena. Fue tal la trascendencia de este rumor que el presentador de televisión se vio obligado a desmentir la información a través de su página web.
Sin embargo, esta no ha sido la única identidad que se le ha asociado al grafitero. Otras de las opciones más difundidas es que el artista responde al nombre de Robin Gunningham, un habitante de Brístol, o que Banksy es en realidad un colectivo de varias personas y no un solo individuo.
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Digan lo que digan estas teorías, lo que realmente se sabe de este artista es que comenzó a pintar sus obras en algunas calles de Europa a partir de 1993 y ahora se venden a precio de oro.
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