Había caído la noche y el tren circulaba lento, con una hora de retraso. En uno de los vagones viajaba un grupo de jóvenes andaluces que, lejos de impacientarse, decidió amenizar el trayecto. Y lo consiguieron, sin ninguna duda.

Los protagonistas de esta historia regresaban a sus hogares tras haber acudido a una audición en Sevilla. Sin embargo, el cansancio y los problemas en el transporte no hicieron mella en ellos. Echaron mano de sus instrumentos y, de repente, se hizo la magia.

Interpretaron el célebre Canon del intérprete Johann Pachelbel. El vagón se llenó de música, emotividad y alegría. El momento fue captado en un vídeo que puede observarse sobre estas líneas.