En la mano derecha, un cuchillo; en la izquierda, una motosierra apagada. El hombre protagonista de esta historia no duda: intenta arrancarla. Así se instauró el pánico en una gasolinera de Girona. La Policía llega al poco tiempo al establecimiento para atrapar al atacante, que se siente acorralado y empieza a trepar lo más alto que se le ocurre.
Los agentes intentan hablar con él para calmarle. "Venga, Fernando, deja el cuchillo y hablamos", le piden. Pero Fernando no hace caso, e intenta arrancar la motosierra. Al hacer la maniobra, se le cae el cuchillo. Los policías se mueven con agilidad para intentar reducirle, pero él está más rápido y vuelve a cogerlo. No parece que la situación vaya a solucionarse de forma fácil.
Al final, todo se desborda. Los agentes le tiran papeleras encima, y él, intentando abrirse paso entre ellos huyendo, cae al suelo. El agresor pierde la motosierra y los agentes se le echan encima. Pero aun así, se escapa. Comienza en este punto una persecución entre los que participa un joven que, estando cerca de Fernando, decide tirarle encima la bici que llevaba consigo.
Al final logran inmovilizarle entre diez policías, pero el atacante continúa con el cuchillo en la mano. Le golpean con las porras para que lo suelte. En las imágenes de este suceso hay dos momentos clave: el primero, cuando al hombre de la motisierra se le cae el cuchillo y que pilla a los policías despistados. En ese momento, de los cinco agentes que capta el vídeo, tres no le están mirando y otro está con las manos en la espalda.
Cuando se dan cuenta de que el cuchillo está en suelo ya es tarde, y alguien se ríe. El lanzamiento de papeleras es el otro momento determinante porque le hacen correr y logran que caiga al suelo. Fernando pierde la motosierra, pero aún lleva el cuchillo. Por eso, los policías no pueden placarle y se escapa. El resultado: tres policías y el atacante, heridos leves.