El narcotráfico parece tener un peso más que evidente en el crimen de Borja Villacís. Desde 2021, el hermano de Begoña Villacís estaba siendo investigado por la Guardia Civil en una causa que le situaba como la persona que vigilaba la mercancía en los intercambios.

Villacís llegó a ser detenido en una operación en la que se luchó contra un entramado de cuatro organizaciones perfectamente estructuradas.

Todas funcionaban de manera independiente, pero todas estaban a la vez conectadas por el suministro de cocaína y Villacís formaría parte de una de ellas. Según algunas informaciones, llegó a pasar varios meses en uno de los pisos, sin salir, guardando la droga.

Además se comunicaba con mensajes encriptados. Junto a Villacís, la Guardia Civil detuvo a otras 26 personas en el marco de esta operación. La organización contaba con sofisticados dobles fondos para transportar la droga.

A su relación con el narcotráfico se suma el pasado ultraderechista de Villacís, al que se le ha visto en fotos haciendo el saludo fascista. Su historial delictivo comienza en 2004 con su primera condena por un delito de lesiones tras pegar a dos personas en el metro. Precisamente, el nexo con sus asesinos vendría de esos años, ya que algunos de ellos habrían formado parte de los mismos grupos neonazis.