Tienen entre cuatro y 14 años y muchos han vivido su primera Tomatina. "Cojo tomates y los tiro a la gente", dice un niño. Aunque todavía sean pequeños para lanzar tomates, se lo pasan en grande.
"Ellos están ahí expectantes y les gusta", comenta una madre.
Mientras, los padres se han dedicado a acompañarles y a inmortalizar este momento. "A los niños desde pequeños hay que inculcarles ya los valores", explica un padre.
Durante la batalla campal, en la que se han lanzado 8.000 kilos de tomate, los más pequeños han repetido este gesto hasta la saciedad: agacharse, estrujar los tomates y que vuelen por el cielo.
Mucho ojo porque lo de estrujar es bastante importante para que no haga daño. "Los tomates al estar duros, los estrujas o los pisas y ya luego los tiras", indica una niña.
La Tomatina infantil surgió hace cinco años por petición popular de los padres, pero también de los más pequeños.
"Hay muchos niños que quieren participar en la Tomatina grande y los padres ven que la gente lanza los tomates con demasiada fuerza", sostiene María Vallés, concejala de turismo de Buñol.
Aunque los pequeños tampoco se quedan atrás en cuanto a fuerza de lanzamiento se refiere. Con el suelo teñido de rojo y hasta arriba de tomate ahora toca "ir a bañarse".
El próximo miércoles cambiarán los papeles y serán ellos los que acompañen a sus padres en la Tomatina de Buñol.