Croquetas: mantequilla, harina, leche, huevos, pan rallado, jamón y nitrato potásico, eitorbato sódico, nitrito sódico, azúcar, ascorbato sódico y ácido ascórbico. Apostamos a que no es la receta de ninguna abuela.

Los apellidos químicos dicen que pertenecen a la familia del ultraprocesado. Son los Pérez del súper: el 80% de los alimentos que encontramos aquí. Baratos, ricos, duraderos... pero mejor no abusar.

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Natalia Moragues, nutricionista y farmacéutica, explica que "si un producto lleva más de cinco ingredientes en la etiqueta, debemos pensar si debemos comprarlo. En la mayoría de los casos estamos delante de un ultraprocesado que se debe evitar".

Un estudio de la parisina Sorbona ha elegido a 105.000 personas. Y durante cinco años han aumentado un 10% el consumo de ultraprocesados. La conclusión es que su abuso puede llevar a un aumento del cáncer.

¿La educación alimentaria como asignatura?

"Puede llevar a un incremento del cáncer, si se dan cifras, de alrededor de un 12%", sostiene Antonio Villarino, Catedrático Bioquímica de la Facultad de Enfermería Universidad Complutense de Madrid.

La lupa hay que ponerla en los aditivos alimentarios. Los más cuestionados dan para rellenar una lista alternativa de la compra, una lista de la no-compra, con los que no debemos meter en nuestro carrito. Pero también hay que cuestionar los procesos de fabricación en los que se hidrogena, refina y extruye.

El sedentarismo también mata

Moragues añade: "Ya no sólo es el riesgo de que aumenten el riesgo de cáncer, también de otras enfermedades como las cardiovasculares".

No hay que prescindir, sino equilibrar. Mejor consumir lo que sale de la granja o el huerto que de la fábrica.