Ocho meses de acoso sexual
El calvario de Emilia Alonso por el acoso tras perfiles falsos: "Puta, sumisa, haré lo que me pidas"
Mensajes obscenos, llamadas constantes y publicaciones humillantes, a pesar de haber presentado ya siete denuncias, la situación persiste. Aunque ya hay una investigación abierta por parte de la Unidad de Delitos Tecnológicos.
Emilia Alonso, una mujer que ha sido víctima de acoso digital durante más de ocho meses, ha decidido alzar la voz y denunciar públicamente su caso tras recibir decenas de mensajes y llamadas de tono sexual a diario. Todo comenzó cuando alguien creó perfiles falsos con su foto y datos personales en varias páginas de citas, desencadenando un infierno en su vida cotidiana.
Entre los mensajes que recibe, hay algunos que revelan un tono explícito y perturbador, como: "El hambre no me deja dormir, deberíamos comernos mutuamente". Las llamadas telefónicas no cesan, llegando a recibir hasta 33 en un solo día. Emilia relata que el primer indicio fue un mensaje que decía: "He quedado contigo, para hablar contigo por aquí, gracias por darme tu teléfono...". En ese momento, comenzó a sospechar que algo no iba bien.
La situación escaló cuando los perfiles falsos no solo aparecieron en webs de citas, sino también en redes sociales como Facebook o Instagram, donde se publicaban mensajes como: "Puta, sumisa, haré encantada todo lo que me pidas. Lo doy todo. Me atrevo con todas tus fantasías. No dudes y llámame". Las publicaciones, que etiquetaban incluso a vecinos y conocidos, multiplicaron el acoso con ofrecimientos obscenos y propuestas sexuales de desconocidos.
Emilia describe el impacto devastador en su salud mental: "Fui a psicólogos, psiquiatras, y ahora no tengo miedo a salir a la calle, pero es agotador". A pesar de haber presentado ya siete denuncias, la situación persiste. Según fuentes de la Policía Nacional consultadas, existe una investigación abierta por parte de la Unidad de Delitos Tecnológicos, pero los avances han sido limitados.
La afectada se muestra desesperada: "Porque ya está bien, o es que me tiene que pasar algo para que tomen medidas". Ni las plataformas digitales involucradas, ni las autoridades han logrado frenar el hostigamiento, dejando a Emilia atrapada en una situación de sufrimiento prolongado que parece no tener fin.