Domingo 30 de marzo

Con el cambio de hora de verano, ¿adelantamos a retrasamos las agujas del reloj?

Cada año, dos veces la misma duda. ¿La noche del cambio de hora se duerme una hora más o una hora menos? Para los que todavía utilizan relojes analógicos, también es importante saber qué hacer.

Por qué se cambia la hora en EspañaImagen de archivo de una persona sujetando un relojPixabay

Hay cosas que aunque se repitan una y otra vez, no se nos quedan en la cabeza. Cada año, tenemos las mismas dudas cuando llega un momento específico, aunque la respuesta sea siempre la misma. En diciembre, miles de españoles se preguntan cuándo es la Lotería de Navidad (sí, siempre es un 22 de diciembre); cuando hay elecciones, las dudas giran en torno al proceso de votación (y también, las respuestas suelen ser casi siempre las mismas). Y dos veces al año, cada vez que España cambia de horario, nos surge la misma preocupación: ¿esta noche se duerme más o se duerme menos? ¿Entonces, tenemos que adelantar o retrasar las agujas del reloj?

Las preocupaciones sobre el cambio de hora van siempre un poquito más allá, porque desde hace años los expertos advierten de los efectos que tiene el cambio de hora en la salud, especialmente en los más pequeños. Pero en lo práctico, la principal duda va dirigida a si dormiremos una hora más o menos (o saldremos de fiesta una hora más o menos o, en caso de los trabajadores nocturnos de fin de semana, si les tocará echar una semana más o menos en su jornada laboral).

Cada año, el cambio al horario de verano se hace siempre el último domingo del mes de marzo, de madrugada. En 2025, ocurre en la noche del sábado 29 de marzo al domingo 30 de marzo, concretamente a las 2:00h de la madrugada. En este momento, al contrario de lo que ocurre en el cambio al horario de invierno, las agujas del reloj se adelantan una hora, por lo que las 2:00h se convierten en las 3:00h. La consecuencia directa: dormimos (o salimos, o trabajamos) una hora menos esta noche. Oficialmente, el día 30 de marzo tendrá 23 horas.

Los relojes que sí hay que cambiar

La mayor parte de los relojes que utilizamos en el día a día se actualizan solos: los del teléfono móvil, los de los ordenadores o los de muchos relojes inteligentes no hace falta tocarlos. Están programados para que, automáticamente, a las 2:00h de la madrugada del 30 de marzo pasen a dar las 3:00h. Sin embargo, es obvio que los relojes analógicos hay que modificarlos manualmente y moverle las agujas llegado el momento (o al despertar, que tampoco es una tarea por la que sea necesario despertarse en mitad de la noche).

Pero hay muchos otros relojes que también hay que ir cambiando para que no nos dé un susto los días siguientes al cambio horario. Un ejemplo claro es el reloj del coche: es bastante probable que tengas que adelantar una hora de manera manual, localizando el reloj en la configuración del vehículo. Otro es el reloj del horno de la cocina, ese pequeñito que puede parecer inofensivo pero que en cocinas que no tienen relojes colgados en la pared hace un buen apaño diario para consultar si vamos en tiempo con el desayuno, la comida o la cena.

En general, todos los relojes que, aun siendo digitales, no estén conectados a Internet o a un dispositivo con Internet (como un smartphone, por ejemplo), necesitarán nuestra ayuda para que den la hora correcta.