Carrozas, banderas arcoiris y disfraces rocambolescos cambiaron el aspecto usual de la calle Línea, una de las avenidas más agitadas del Vedado habanero, en la que se mezclaron reclamos por "una Revolución de todos los colores" con ritmos y bailes tradicionales de los festejos callejeros cubanos.

Un grupo de niños bailarines fue el encargado de abrir la marcha, acompañados por un "hada madrina" en representación de la comunidad Transcuba, que agrupa a gais y transexuales cubanos. A medida que avanzaron los bailarines y la música, decenas de personas se unieron a la evolución de la conga, mientras que otros filmaron y fotografiaron el espectáculo desde balcones, portales y aceras.

Los participantes llevaron sus mascotas y también portaron mensajes de reivindicación, algunos con causas internacionales como un grupo de brasileños que pedían justicia para Marielle Franco, concejala de Río de Janeiro asesinada el pasado marzo, o la comunidad de lesbianas y gais a favor de los mineros.

Participantes en el Orgullo de Alicante

Un gran logo del gigante informático estadounidense Google destacó en la marcha, seguido por una tela con la imagen del fallecido líder Fidel Castro y las palabras "Yo también soy parte de la Revolución. Yo soy Fidel".

El momento más pintoresco se produjo cuando un gran autobús público repleto de pasajeros logró avanzar de alguna manera por la vía cerrada hasta quedar en medio de la multitud, que circuló hacia el vehículo saludando a los viajeros, quienes a su vez se tomaron la situación con humor y comenzaron a bailar y grabar con sus móviles.

"Hemos hecho un avance grandísimo. Pasamos de estar prácticamente en la oscuridad a tener ahora nuestros propios espacios para marchar aunque sea una vez al año. Pero una vez al año que se sienta, que se vea, que quede en la historia", dijo a Efe Elián, de la Red de Hombres Trans "Alma Azul".

Para este joven de 30 años se han logrado muchos avances en Cuba, donde hasta hace unas décadas "era impensable" la "aceptación social" que hoy tienen gais y transexuales en la isla comunista, aunque en su opinión todavía espera que "haya cambios".

La ópera de Sídney con los colores de la bandera LGTBI

"Tiene que cambiar la mentalidad de las personas. Aquí en Cuba hay mucho machismo", subrayó. Esta "conga" es uno de los momentos más esperados de la Jornada Cubana contra la Homofobia y la Transfobia, que este 2018 cumple once años, organizada desde el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) de la isla.

El oficialista Cenesex, encabezado por Mariela Castro, hija del expresidente Raúl Castro, es una de las organizaciones que más ha hecho por la causa del colectivo LGTBI en el país y ha llevado al Parlamento cubano el debate sobre el tema del matrimonio igualitario y la adopción entre parejas del mismo sexo.

Desde 2017 el Centro impulsa una campaña por la concienciación en las escuelas, que según el periodista, bloguero y activista Francisco Rodríguez, tiene el "importantísimo apoyo" del Ministerio de Educación para evitar que se "reproduzcan y perpetúen prejuicios y tabúes" que tuvo su generación.

Rodríguez, conocido en las redes sociales como "Paquito el de Cuba" explicó que la estrategia de pasar a la tarde el horario de la marcha y cambiar el recorrido a un lugar "con mucho más público", responde a un cambio de conceptos en la Jornada, que entra en el "primer año de su segunda década de trabajo".

Celebración del orgullo Gay en Atocha

"Estamos trabajando con el Partido (Comunista de Cuba, PCC, único legal), con el Estado, con la sociedad civil para educar a la población (...) lo que no vamos a trabajar desesperadamente ni de manera populista", dijo a la prensa Mariela Castro, que comandó el desfile desde un "almendrón" descapotable.

Sobre el reciente cambio en la presidencia, aseguró que el nuevo mandatario Miguel Díaz-Canel es "muy sensible" con los temas de discriminación, al igual que su padre, que permanecerá como líder del todopoderoso PCC hasta el 2021.

Junto a Castro, la multipremiada actriz transexual Daniela Vega, brindó su apoyo al colectivo LGTBI cubano y señaló que esta ocasión "puede servir de reflexión" para "preguntarnos dónde está la empatía y qué estamos haciendo en Latinoamérica para reparar aquellos errores que en el pasado se cometieron".