La defensa de tres de las víctimas de uno de los mayores escándalos que ha sacudido en los últimos años el país han denunciado en la Corte de Apelaciones de Santiago una "ceguera" total de la cúpula de la Iglesia ante las denuncias contra el octogenario antiguo religioso Fernando Karadima.
Karadima, quien aceleró la crisis de la Iglesia en Chile, fue declarado culpable en una investigación del Vaticano en 2011 por abusar de menores en Santiago durante las décadas de 1970 y 1980.
El abogado Juan Pablo Hermosilla, en representación de las víctimas Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Murillo, ha afirmado que la Iglesia facilitó la comisión de los delitos del expárroco de la parroquia El Bosque y ha fundamentado su denuncia en cartas entre miembros del clero.
El demandante ha señalado que, en una carta del 2009, el cardenal chileno Francisco Errázuriz informó al Nuncio Apostólico de la época la situación de Karadima y las denuncias en su contra. En el escrito, Errázuriz admitió: "Por respeto al padre Karadima no le pedí al promotor de justicia que lo interrogara (...) y cerré la investigación".
Las denuncias contra decenas miembros de la Iglesia católica llevaron el Papa Francisco a abrir una investigación en Chile, lo que ha generado la salida de obispos y otros sacerdotes acusados de realizar o encubrir abusos sexuales contra menores. A finales del mes pasado, el Santo padre decidió apartar del sacerdocio a Karadima.
Movilidad en el mundo rural
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