El Ayuntamiento ha adquirido el edificio

La Casa Orsola, símbolo contra la especulación que reivindica el poder de lo público en la lucha por la vivienda

Los detalles El Consistorio ha comprado el inmueble junto a una entidad social, y Jaume Collboni, alcalde de la ciudad, afirma que "ningún inquilino" tendrá que marcharse de su casa

Casa Orsola, en Barcelona

La Casa Orsola es ya algo más que un símbolo contra la especulación. Algo más que una de las imágenes de la resistencia en esta crisis inmobiliaria que se vive en España. En una que va a más día tras día y que se ha convertido en una de las grandes preocupaciones, sino en la gran preocupación de los españoles y españolas. Pero es ya algo más que eso. Porque es, desde ahora, el símbolo del poder de lo público.

Por la actuación del Ayuntamiento de Barcelona. Por su decisión. Por la importancia que tienen las administraciones en la lucha por el acceso a la vivienda. Por el Consistorio catalán ha comprado el edificio, después de haberse vivido en sus inmediaciones numerosas protestas para bloquear el desahucio de Josep, un profesor de 49 años.

Y ahí ha entrado la administración pública, adquiriendo el edificio por algo más de 9 millones de euros junto a una entidad social. Se trata de Habitat 3, que se queda con el 51,4% del inmueble mientras que el Ayuntamiento adquiere un 49,6.

"Ningún inquilino tendrá que marcharse", afirma Collboni

"Es una operación pionera, de compra social colaborativa", ha comentado Jaume Collboni, alcalde de Barcelona, quien además ha confirmado que la gestión de los pisos sociales correrá a cargo de Habitat 3, y que "ningún inquilino tendrá que marcharse".

En ese sentido, la ciudad de Barcelona aporta más a nivel económico que la entidad social, tal y como cuenta Laia Bonet, primera teniente de alcalde de la ciudad barcelonesa: "Los espacios que se queda el Ayuntamiento tienen más valor que los de Habitat 3".

La Casa Orsola está compuesta por dos edificios. Uno, el número 122 de la calle Consell de Cent; otro, en el 137 de la calle Calàbria. Son 26 pisos, y cuatro locales comerciales. Según cuenta el Ayuntamiento, hay siete pisos con contratos de alquiler indefinido, siete con contrato de alquiler de temporada, cinco con contrato de alquiler vigente y cinco más inmersos en procesos de demanda o procedimientos judiciales. Dos están vacíos.

La decisión del Ayuntamiento hace que ahora se pueda poner a disposición del parque público de vivienda un total de nueve pisos, los dos que están vacíos y los de alquiler de temporada toda vez terminen sus contratos. El resto de contratos se mantendrán, o se formalizarán nuevamente según la legislación de arrendamientos urbanos.

Los vecinos, sorprendidos

Los vecinos y los colectivos activistas ya han reaccionado ante la compra del Ayuntamiento de la Casa Orsola. Los primeros no han podido ocultar su sorpresa; los segundos, como ha mencionado Carmen Arcarazo, portavoz del Sindicat de Llogateres, califican lo sucedido como "victoria": "Demuestra que cuando los vecinos hacen ruido y se plantan, se puede ganar".

La ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, ha sido una de las primeras en reaccionar a la noticia. "Celebro la decisión del alcalde Jaume Collboni de adquirir la Casa Orsola, resultado de las movilizaciones sociales, la mediación, el diálogo y el compromiso político", ha escrito en X.

Todo se remonta a 2021

La lucha de los vecinos de la finca se remonta a 2021, cuando Lioness Inversiones compró el edificio e informó a los inquilinos que, al acabar sus contratos, tendrían que dejar sus pisos. Su intención, tal y como denunciaban los vecinos y los activistas, era convertir dichas viviendas en alquileres de temporada disparando así su precio.