El Día de la Marmota
Casi dos semanas de lluvia continua: imposible ir en moto, sacar al perro o disfrutar del parque
Los detalles Con el país sumido en charcos interminables y la ropa siempre mojada, las rutinas diarias se han convertido en una odisea. Desde los motociclistas hasta las familias con niños pequeños, todos luchan contra un clima que no da respiro.

Dos semanas de lluvia ininterrumpida. El cielo encapotado, los charcos eternos y la ropa húmeda que ya no se seca. Y aunque sabemos que el agua es necesaria, que "lo importante es que no haya sequía", la paciencia empieza a agotarse. Porque una cosa es que llueva y otra que no dé respiro.
El hastío es generalizado. "Estoy hasta las lavadoras, por no decir otra cosa", suelta un motorista que, con el traje impermeable chorreando, ya no tiene más ropa seca en casa. "En moto estoy hasta los h***, la verdad", añade resignado. Y es que moverse por la ciudad se ha vuelto un suplicio. "Para venir a trabajar, para salir, para todo, no se puede con este tiempo", lamenta otra persona.
El que hace deporte no puede hacer deporte. "Vengo de jugar al pádel y todo mojado", explica un aficionado. El que saca al perro, tampoco. "Es imposible pasearlo sin acabar empapado", dice una mujer. Lo mismo para los padres con niños pequeños: "Con tres niños teníamos previsto salir mucho y no hemos salido nada", explica una madre que ya no sabe que más inventar para entretener a sus hijos en casa.
La rutina se ha convertido en un ejercicio de supervivencia urbana. La ropa nunca está seca del todo, los paraguas no duran más de dos asaltos contra el viento y los charcos parecen haber decidido quedarse. Y aunque hoy el cielo parece dar un pequeño respiro, la previsión no da margen al optimismo. "Mañana, más", comenta alguien con un suspiro resignado.
¿Hasta cuándo? Nadie lo sabe. Pero lo que está claro es que hay ganas de sol. Aunque, por lo visto, la primavera tiene otros planes.
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