El experto forense Mark Perlin, que trabajó en la identificación de las víctimas del 11-S, ha asegurado al 'Daily Star' que su laboratorio Cybergenetics cuenta ya con herramientas y técnicas capaces de resolver el caso Madeleine.
Explica que, si le enviasen las 18 muestras de ADN obtenidas en la habitación de la pequeña, podría aportar nuevas pistas del secuestrador o secuestradores y poner fin al caso en pocos días.
"Creo que los investigadores no saben cómo interpretar las pistas que generaron los datos de ADN. Nos tomaría una o dos semanas, dependiendo de los datos, después de que lo recibamos para proporcionar un informe preliminar inicial. Lo que realmente necesitamos es la información electrónica que sale del laboratorio de sus instrumentos. Ese es el punto de partida estándar para el análisis genético", ha explicado al medio.
Según los peritos de la British Lab Forensic Science Service (FSS) que se encargaron del caso, estas muestras obtenidas eran "demasiado complejas para una interpretación significativa" para ellos, pero puede que Pelin lo consiga ahora.
El forense ya cuenta con varios casos de éxito a sus espaldas, ya que en 2016 su laboratorio consiguió demostrar con muy pocas evidencias de ADN que Robert Xie, que ya había evadido tres juicios, había asesinado a cinco miembros de su familia en Australia.
Madeleine McCann despareció en mayo de 2007 en Praia da Luz, Portugal, donde pasaba unos días de vacaciones junto a sus padres y hermanos. La última noche que se la vio en su hotel, Kate y Gerry McCann estaban en un restaurante cercano tomando algo con unos amigos.
Cada cierto tiempo subían a comprobar cómo estaban sus hijos. No obstante, a las 22:30 de la noche Kate vio que su hija mayor había desaparecido. Durante meses se especuló con que la pequeña, que en ese momento tenía casi cuatro años, había muerto y sus padres habían querido encubrir su fallecimiento aunque la falta de pruebas no ha conseguido sacar a la luz la verdad.