Los inmigrantes hacen cola desde el día anterior y duermen entre cartones en plena calle. Es el duro trámite por el que cada día tienen que pasar un centenar de inmigrantes en Tarragona para renovar su tarjeta de residencia.
"Se debería cambiar el sistema, parece una cárcel. Yo no he visto esto en ningún país de Europa", expresa uno de los inmigrantes que pasa la noche en la puerta de la comisaría de Tarragona. Las duchas se sustituyen por botellas de agua y cuando toca ir al baño se turnan para no perder su sitio en la larga fila. La tensión aumenta minutos antes de abrir la comisaría.
Porque algunos, como Juan José, se juegan perder el paro y por ello ha hecho una cola de 24 horas para ser el primero: "Llevo aquí desde las siete de la mañana de ayer". Según la Comisaría, eliminaron el servicio de cita previa en 2012 porque no funcionaba bien. Ahora abren por las tardes para aliviar su desesperación.
La subdelegación del Gobierno ya ha anunciado que intentarán volver a instalar la cita previa. Hasta entonces, seguirán montando y desmontando campamentos para hacerse con un simple documento.