Cientos de personas se han dado cita en la plaza de las Palomas de Guadix para recordar a la última víctima mortal de violencia machista, Pilar C. de 57 años, vecina de este municipio granadino, asesinada por su pareja, que permanece en dependencias de la Guardia Civil a la espera de ser puesto a disposición judicial, mientras continua la investigación sobre los hechos.
En la concentración, que ha contado con la asistencia de una hermana y una hija de la víctima, los vecinos han mostrado su pesar a los familiares, habiendo estado representadas las principales instituciones, con la alcaldesa de Guadix, Inmaculada Olea, a la cabeza, que ha estado acompañada por el presidente de la Diputación Provincial, José Entrena, y la delegada del Gobierno andaluz en Granada, Sandra García.
El acto de repulsa ha estado precedido por un pleno extraordinario para dar lectura a una declaración institucional y decretar tres días de luto en la ciudad, en que las banderas del edificio consistorial van a ondear a media asta en señal de duelo.
El objetivo ha sido "manifestar públicamente el rechazo de la ciudad ante este asesinato machista", el primero de 2018 en Andalucía, y poner de manifiesto, como indica la declaración institucional aprobada, que "las violencias machistas suponen la manifestación más extrema de la desigualdad de género y la más grave violación de los derechos humanos de las mujeres que padece nuestra sociedad".
"Cada asesinato de violencia machista es un drama personal, pero también es una agresión a todas las mujeres y a la sociedad en su conjunto, que viene a poner de manifiesto, una vez más, que la lucha contra la violencia machista debe ser una prioridad para las instituciones", indica el texto, que subraya que "mata el machismo, los machistas sólo ejecutan la conducta que elaboran a partir de las referencias de ese machismo que tenemos en la sociedad".
Ante ello, es urgente que se ponga en marcha el Pacto de Estado contra la Violencia Machista, "con la dotación presupuestaria necesaria". El autor confeso del crimen, de 79 años, permanece en dependencias de la Guardia Civil a la espera de ser puesto a disposición judicial, después de que el domingo acudiera a un acuartelamiento de la Guardia Civil a denunciar la desaparición de su mujer, según fuentes del Instituto Armado.
Ante las incoherencias de su relato, los agentes decidieron acompañarlo a su domicilio, donde apreciaron signos de un posible incidente violento. El hombre acabó confesando que había matado a su mujer, tras lo que acompañó a los agentes al paraje donde había ocultado el cadáver. El cuerpo presentaba evidentes signos de violencia que apuntan a que pudo ser agredida con un martillo y fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Granada para que se le practique la autopsia.