Un puñetazo que lo dejó inconsciente es la marca de la intolerencia. El joven agredido explica que lo tiene "grabado en la mente" y añade que se giró y vio cómo un gole se dirigía hacia él.
Ocurrió el 3 de diciembre en Poblenou, Barcelona. Volvía junto a un amigo de fiesta cuando de repente cinco individuos se bajaron de un coche. Su amigo recuerda cómo pasó todo: "Venían gritando 'maricones, os vamos a matar', noté puñetazos en la espalda y en el cuello y patadas".
Contusiones, moratones y una nariz rota. Los Mossos investigan ahora esta denuncia por agresión homófoba. Los jóvenes siguen sin explicárselo. "Lo estoy pasando mal, te sientes impotente, pequeño; me han hecho esto y no los conozco absolutamente de nada", explica un joven. Su amigo, cuenta que se siente bien: "Cuando casi te matan, te sientes después muy vivo".
Desde los colectivos LGTBI insisten en la necesidad de seguir el ejemplo de estos chicos y denunciar siempre. Rubén López, portavoz de delitos de odio de Arcópoli, insiste en que "cuando no se denuncia, no queda ningún registro en las instituciones y es como si no hubiera pasado; no se pueden tomar medidas y los agresores quedan totalmente impunes".
Sólo en Barcelona se denunciaron en 2016 casi 100 agresiones homófobas. Preocupan también ciudades como Madrid, con más de 270 denuncias por LGTBIfobia en lo que va de 2017.
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