Cinco personas han muerto, entre ellos un niño, en el incendio de un inmueble del centro de la localidad francesa de Pau, en el suroeste del país, en el que vivía una familia de origen español. Los cinco fallecidos son los tres ocupantes de la vivienda, una madre de origen español, su marido, de origen francés, y su hijo de dos años, además de los padres de ella, que habían llegado desde Zaragoza para visitarles.
Las autoridades investigan la pista criminal, porque se han registrado grandes cantidades de sangre en el lugar del incendio, en el primer piso de un inmueble de cinco situado en el centro de la localidad de las puertas de los Pirineos.
El teniente de alcalde de la ciudad, Marc Cabane, que se trasladó al lugar de los hechos, relató que fueron los vecinos quienes llamaron a los bomberos de madrugada alertados por la sangre que corría fuera de la vivienda.
A su llegada, los bomberos se encontraron un sofá incendiado y, junto a él, cinco cuerpos sin vida con signos de violencia. La investigación apunta a que uno de los adultos mató a los otros tres y, posteriormente, se suicidó, mientras que el menor falleció a causa del incendio, ya que no presentaba heridas externas.
Las llamas obligaron a evacuar a los 27 habitantes del edificio, que fueron provisionalmente albergados en dependencias municipales, pero que podrán regresar a sus viviendas en breve, puesto que solo quedará cerrado el primer piso.
Según el relato de algunos vecinos a medios locales, la familia se había trasladado a esa vivienda hace un año, después de que la mujer encontrara en la ciudad un trabajo en la docencia.
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