Volver a tener cierta normalidad tras la crisis sanitaria del coronavirus no va a ser sencillo para muchos negocios que tendrán que reforzar las medidas de seguridad.
Ocurrirá con el sector de la hostelería: bares, restaurantes y hoteles, queproponen medidas como mamparas de separación entre mesas o controles de temperatura. Pero también con los más de 4.700 gimnasios y centros deportivos que hay en España.
A través de la Federación de Empresarios de Instalaciones Deportivas han propuesto un protocolo para poder reabrir cuanto antes.
La seguridad será la clave de esta nueva normativa: calculan que tendrán que reducir el aforo al menos un 30%, proponen una distancia social de metro y medio, la reducción del número de asistentes a clases colectivas y, por supuesto, la limpieza exhaustiva de máquinas y material de entrenamiento. Incluso proponen utilizar para ello maquinas de ozono.
En nuestro país hay cinco millones y medio de personas que acuden habitualmente a estos centros, y tanto ellos, como los gimnasios se han tenido que adaptar a la situación del confinamiento. Algunos hacen clases virtuales a través de plataformas online o incluso a través de directos en redes sociales.
Pero el objetivo para los centros es el de volver a abrir sus puertas, algo que también sucede con otro sector que está en auge en nuestro país, el del surf.
Con las escuelas cerradas, piden poder volver al agua con protocolos, haciendo grupos reducidos y manteniendo distancias de seguridad.
![Ana María Knezevich, la mujer desaparecida en el barrio Salamanca de Madrid Ana María Knezevich, la mujer desaparecida en el barrio Salamanca de Madrid](https://fotografias.lasexta.com/clipping/cmsimages01/2024/03/04/1B7FAB8A-2FD1-4A20-BE44-1F7CF313EED1/ana-maria-knezevich-mujer-desaparecida-barrio-salamanca-madrid_70.jpg?crop=1600,900,x0,y0&width=480&height=270&optimize=high&format=webply)
laSexta accede al informe
Nuevos datos sobre la desaparición de Ana María: la madre y el hermano de su exmarido le habrían ayudado a destruir pruebas
Los detalles Los investigadores les acusan de obstaculizar la investigación policial por, entre otras cosas, haberse hecho pasar por la misma usando sus cuentas bancarías y así hacer creer que ella sigue viva.