Bajo investigación

Las claves de los presuntos abusos sexuales del cura de La Moraleja: ¿por qué está en libertad pese a las denuncias de cinco niñas?

Los detalles Al menos dos profesoras del centro Highlands El Encinar de La Moraleja supieron de la presunta agresión sexual del cura Marcelino a cinco niñas de 6 años del centro. Ellas respondieron que no se podían quedar a solas con el padre Marcelino.

Cinco niñas de 6 años de un colegio de La Moraleja denuncian a un cura del centro por presuntos tocamientos
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Un cura del centro Highlands El Encinar de La Moraleja ha sido denunciado por las familias de cinco niñas de 6 años acusado de presuntas agresiones sexuales. La Policía ha pedido las grabaciones de las cámaras del colegio madrileño para saber si el cura detenido se quedaba a solas con las menores y si entraba con ellas al baño.

Según el atestado policial al que ha tenido acceso laSexta, al menos dos profesoras del centro tenían constancia de los presuntos tocamientos del cura Marcelino a las niñas, actitudes que las víctimas contaron a las docentes, que se limitaron a contestar que no se podían quedar a solas con el hombre.

A pesar de conocer estos hechos no llegaron a denunciarlos, motivo por el que han sido llamadas a declarar dentro de la investigación de estos hechos. Otra docente de Primaria llegó a decir a sus hijos, alumnos del centro, que no se acercasen al padre Marcelino. Este testimonio fue recogido hace dos años y ha sido mencionado por uno de los padres en su declaración ante la Policía Nacional.

Precisamente la Policía ha comenzado pidiendo las grabaciones de las cámaras de seguridad para comprobar si el religioso se quedaba con las menores a solas. Se trata de una escuela de élite en la que se han inspeccionado las estancias en las que, según los testimonios, tenían lugar los tocamientos en los recreos.

¿Por qué sigue en libertad?

Ante la gravedad de los hechos, cabe preguntarse por qué el cura de La Moraleja no ha sido detenido. Estamos ante delitos muy graves, cinco presuntos delitos de agresión sexual penados entre seis y doce años de cárcel por cada uno de ellos.

La Fiscalía pidió su ingreso en prisión y la jueza lo único que hizo fue retirarle el pasaporte por entender que no hay riesgo de fuga, hay arraigo al estar cuidando de sus padres octogenarios, no hay riesgo de reiteración delictiva y no hay riesgo de destrucción de pruebas.