Cada vez los turistas eligen más España como país de visita y llenan playas, ciudades o restaurantes. Y su presencia lleva a un crecimiento de precios, como en la hostelería, que afectan especialmente a los residentes de los lugares más turísticos del país.

Sin embargo, algunos países ya aplican medidas para proteger a sus habitantes de la presencia de los turistas. Para no expulsar a los residentes, en Japón, los restaurantes pueden cobrar más a los turistas por el mismo servicio y no es algo excepcional.

Un plato que puede salir por 10 euros podría servirse en la mesa de al lado por 15 si los clientes son turistas. No obstante, es una medida que no acaba de convencer a todo el mundo. "Que me cobren más por venir de Murcia pues no me parece bien", comenta una mujer.

Y tampoco a los hosteleros están muy a favor: "Yo no puedo cobrar una cerveza y tener dos precios diferentes, como sé a ver quién es de aquí el de Bilbao, de Sopelana, el de Madrid..."

En España, además, esta medida es ilegal. "Una práctica totalmente discriminatoria, porque se trataría de aplicar condiciones diferentes a grupos de personas, teniendo en cuenta en su procedencia, lo cual es absolutamente abusivo e ilegal", explica Leticia Grande, abogada.

Para poder hacerlo, como se hace en algunas actividades turísticas, tiene que estar perfectamente indicado y que se sepa en todo momento qué es lo que se paga.