Madrugada de fin de semana en Estepona. Dos chicas y un amigo, de entre 18 y 20 años, salen de una discoteca de la localidad malagueña alrededor de las 5:00 horas. Montan en un coche hasta que se topan con dos polícias locales, de 37 y 38 años.
Los agentes les preguntan si han bebido y los jóvenes responden que sí. Los primeros les obligan a bajar del vehículo antes de llegar a un acuerdo con ellos: no les multarán si aparcan en la zona y se van en taxi a casa para evitar conducir bajo los efectos del alcohol.
Los agentes consiguen el teléfono de uno de los jóvenes y su dirección. Según la versión de los jóvenes, los policías se presentan en esa misma dirección, vestidos de uniforme y con droga. Esto siempre según la versión de los denunciantes.
Los agentes acceden al interior de la vivienda con el permiso de las jóvenes. Aseguran que traían cocaína consigo y que la situación se puso violenta; hasta el punto en que uno de ellos acaba agrediendo sexualmente a una de las chicas, de 18 años.
Tras la denuncia de la joven, los agentes se encuentran detenidos y acusados de un delito de agresión sexual, de un delito contra la salud pública, de amenazas y prevaricación. Además, el Ayuntamiento de Estepona les ha suspendido de empleo y sueldo hasta que se aclare lo ocurrido.
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