La discoteca Teatre, una de las tres que resultaron incendiadas en la madrugada del pasado domingo en Murcia, tenía que haber cerrado, tal y como indica una orden de 2022 a la que ha tenido acceso laSexta. Es más, el documento advertía de que una inspección se trasladaría al lugar para comprobar que se cumplía con lo indicado.
Aquí entra en juego el protocolo habitual, que señala que son los técnicos, el cuerpo de inspectores de cada concejalía, los encargados de verificar el cumplimiento de la orden, aseguran los expertos en urbanismo municipal y sindicatos de policía. "Dentro de la concejalía, si es verdad que existe esa orden de cese de actividad y de clausura, tienen un deber de vigilancia. Los actos administrativos no sirven de nada si no se cumplen", explica a laSexta el abogado experto en Urbanismo Manuel Castellanos.
Si bien es cierto que los técnicos pueden recurrir a la policía municipal si detectan incumplimiento, los agentes solo actúan por requerimiento. "Las corporaciones locales tienen unos técnicos y unos inspectores, que son los que se encargan de verificar la documentación y comprobar que cumplen con la normativa", explica desde el Sindicato Municipal de Policías Locales, David Martínez, al mismo tiempo que añade que los policías locales se encargan únicamente de "ejecutar determinadas problemáticas que pueden existir".
Así, son las corporaciones las que ordenan y pautan la periodicidad de las inspecciones rutinarias y específicas. En el caso de Teatre, sorprende que se pasara una sanitaria en marzo de 2023 cuando, según la orden anterior, ya no podía estar abierto.
Desde el consistorio aseguran que la inspección sanitaria se hizo por un proceso de legalización paralelo, al que en ningún momento se han referido hasta ahora. Antonio Moreno, concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Murcia, aseguraba este lunes que Teatre y la Fonda habían funcionado sin autorización desde la orden.
En este sentido, sorprende también que ninguna inspección rutinaria se diera cuenta, en un año y medio, que estaba abierto, a pesar de que desde la federación hostelera murciana aseguran que la vigilancia es muy estrecha. "Son continúas las inspecciones de aforo, de salud pública y de cumplimiento de normativa", confirma Jesús Jiménez, de la Federación de Asociaciones de Hostelería de Murcia.
Sin embargo, Teatre y la Fonda vivieron durante un año y medio en un limbo, con un ayuntamiento que dice que no era consciente de que estaban abiertos ni en qué condiciones.
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