Ana Outerelo se enfrenta a una pena de tres años de cárcel por, según dice, defender sus derechos en una huelga. La Audiencia de Pontevedra le ha condenado, junto con su compañera Tamara Vidal por entrar en una piscina durante una manifestación en la que reclamaban un convenio colectivo para el sector.

Alguien echó pintura en el vaso y la sentencia considera que presionaron así a los trabajadores del centro. 

Tamara, embarazada de tres meses no quiere ni imaginarse con su bebé en la cárcel, aunque, según explica, "si no se lucha, se deja que las cosas vuelvan a suceder". 

Sus alumnas no entienden la condena y ya han recogido 3.000 firmas por internet para solicitar el indulto. Afirman que no sólo defienden a Ana y a Tamara, sino el derecho a la huelga de todos los trabajadores.