Antonio quería ser enterrado en un nicho familiar en El Rincón de la Victoria (Málaga), pero fue incinerado en Barbate. El instituto de Medicina Legal de Cádiz equivocó su cuerpo con el de una mujer. La familia está en shock.
Todo ocurrió durante unas vacaciones en el Puerto de Cádiz, cuando Antonio murió de un problema de corazón. Su último deseo era ser enterrado junto a su madre y su abuela. Tras varios días sin recibir el cuerpo, sonó el teléfono de la familia. Era el director del insitutito disculpándose por haber confundido el cadáver de su padre con el de una mujer, que debía llegar a Barbate. Él quería sen enterrado. Ella incinerada.
Cuando se dieron cuenta del error, era demasiado tarde. La familia de ella, que no quiso ver el cuerpo, lo mandó incinerar. La familia de la mujer sí que ha podido recuperar el cuerpo para incinerarlo. Pero la familia de Antonio solo ha podido recuperar sus cenizas. Siguen en shock.
"Lo que más me duele de esto es que no se ha cumplido la voluntad de mi padre y otra de las cosas que me duele es que mi hermana no se ha podido despedir de su padre", sostiene su hija. La Junta de Andalucía ya ha pedido disculpas y ha abierto una investigación sobre lo sucedido. La familia de Antonio ya ha denunciado los hechos.
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Localizaba establecimientos con un único trabajador, realizaba su pedido y al proceder al pago, aprovechando el despiste del dependiente, lo amenazaba con un arma hasta que le entregaba el dinero de la caja registradora.