Los termómetros se disparan y, con ello, aumentan las posibilidades de sufrir consecuencias en la salud. Cristina Ferrero, técnica del área de Salud de Cruz Roja, explica que "podemos tener mareos, vómitos, e incluso pérdida del conocimiento".
Para evitarlo es importante seguir unos mínimos consejos básicos. Es fundamental "beber mucha agua de forma regular" para estar hidratado y también "evitar las bebidas alcohólicas, con cafeína, o muy azucaradas", tal y como explica Ferrero.
Es clave realizar comidas ligeras que ayuden a recuperar las sales minerales perdidas en la sudoración, que podemos controlar según cómo nos vistamos. "Es importante ponerse ropa fresca, de colores claros y que transpire. También podemos llevar complementos muy apropiados como sombreros y gorras", añade Ferrero.
No hay que olvidarse de utilizar gafas de sol homologadas e importante y siempre protección solar, que hay que ponerse media hora antes de exponernos al sol.
Quienes más pueden sufrir los efectos de una subida drástica de la temperatura son las personas mayores, las embarazadas o los enfermos crónicos. Pero también los niños.
Junto a José Lagunar, CEO de RiveKids, comprobamos qué ocurriría si un menor se quedase dentro de un vehículo durante un episodio de calor extremo. "En la primera hora, el interior del coche puede superar perfectamente los 40 grados y en la segunda se pueden alcanzar más de 50".
En un ejemplo práctico, con el coche colocado a pleno sol al mediodía, vemos cómo en tan solo una hora, la temperatura interior pasa de los 20 grados a los casi 46.
"A partir de una hora ya empezamos a tener temperaturas muy importantes que pueden desencadenar consecuencias irreversibles", alerta José María Arévalo, presidente de la sociedad española de Atención al Paciente Crítico.
Una de estas consecuencias irreversibles es la hipertermia: tener una acumulación de calor que el cuerpo no puede eliminar, algo que podría desencadenar una muerte celular. "Se va produciendo un deterioro progresivo de todos los órganos siendo el cerebro, la muerte de las neuronas, el problema fundamental", avisa Arévalo.
Por eso, para evitar llegar a esas consecuencias irreversibles, es fundamental protegerse lo mejor posible del calor.
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La OCU ha elaborado un decálogo de medidas a tener en cuenta para que el calor no afecte a la salud. Son estas:
- 1. Prestar atención a los grupos de riesgo: especialmente las personas mayores, los niños, o los enfermos crónicos.
- 2. Hidratarse continuamente: el alcohol no sirve porque provoca el efecto contrario, deshidrata.
- 3. Alimentarse bien: preferiblemente, evitar comilonas, apostar por platos ligeros y por la fruta.
- 4. Protegerse del sol: si vamos a exponernos al sol, usar crema con un factor de protección elevado, especialmente para los más pequeños.
- 5. Reducir la actividad física y el deporte en las horas centrales del día.
- 6. Utilizar ropa ligera de colores claros.
- 7. A pesar de las altas temperaturas, siempre que sea necesario hay que usar la mascarilla.
- 8. Mantener el botiquín en un lugar fresco para que el calor no afecte a las medicinas.
- 9. Prestar atención al coche: al sol la temperatura del coche puede alcanzar los 50 grados, según los expertos. Además, el calor al conducir provoca somnolencia.
- 10. Ir al médico si es necesario: especialmente, si se tienen síntomas como mareos, pulso débil, confusión, malestar general...
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