Si ya están ultimando la cena de Nochevieja, todavía están a tiempo de que su nevera no termine llena de sobras envueltas en plástico. Y para lograrlo, hay que empezar desde el mercado: ajusten la compra de comida al número de comensales, algo que es difícil pero que se puede lograr. Y si aún así algún plato termina lleno piensen en darle una segunda vida, por ejemplo, en forma de sopa o de croquetas. Que la basura no sea una opción.
En casa, nuestra propuesta sostenible empieza en el momento de poner la mesa: apuesten por una vajilla tradicional y olviden la de usar y tirar. Ya en la cocina, tengan en cuentan que siempre pueden aprovechar el calor residual de las ollas y cazuelas apagando, por ejemplo, la vitrocerámica unos minutos antes.
Tampoco es necesario que la calefacción esté todo el día encendida porque, aunque la temperatura recomendada es 21 grados si tienen invitados, "se puede disminuir hasta los 18 grados, de tal forma que los comensales van a estar una temperatura confortable por el número de personas", afirma Mireia Navarro, de la Asociación de Ciencias Ambientales.
Además, cuando llegue el momento de las uvas, no utilicen envases de plástico. El cristal es la mejor opción. Y para animar la entrada del año con confeti, ahí va una propuesta: reciclado con papelería electoral para celebrar un fin de año marcado por las urnas.
Menos se celebra el momento de recoger los excesos de la fiesta. Es imprescindible reciclar papel, plástico o vidrio orgánico que se multiplica en noches como esta. Y para el momento de fregar los platos, si tienen lavavajillas, utilícenlo, ya que gastaremos entre 18 y 50 litros de agua. Si lo hacemos a mano, podemos llegar a los 100. Si tienen que hacerlo a mano recuerden cerrar el grifo mientras enjabonan. Son consejos sencillos, pero que ayudan a empezar el año con un pie sostenible.