Los agentes de Policía Nacional de la comisaría de Centro de la capital han dado un toque a la tienda Primark de la calle Gran Vía madrileña para que aumenten sus medidas de seguridad ante la avalancha de denuncias por hurtos cometidos a manos de menores extranjeros, han informado fuentes policiales.

Un altísimo porcentaje de las denuncias que recibe esta comisaría se debe a pequeños hurtos cometidos por menores extranjeros en las instalaciones de esta tienda, que carece de algunas de las habituales medidas de seguridad para evitar los robos. Al parecer los precios "low cost" de Primark hacen que los hurtos sean más rentables que los altos precios que implicarían algunas medidas disuasorias de seguridad, según las mismas fuentes.

Según ha adelantado 'El Confidencial', la mayoría de estos hurtos no superan los 400 euros. Por ello, los menores identificados por cámaras vuelven a salir a la calle y reinciden en la comisión del delito. En ocasiones, el juez les impone una orden de alejamiento, pero se quebrantan. Hace meses, ya se impuso este tipo de medida a un grupo de niños que robaban móviles en la tienda Apple de Centro al cortar con los dientes los cables que los enganchaban a los expositores.

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Ante el incremento de atracos en Primark, los agentes de esta comisaría han decidido "dar un toque" a sus responsables para que hagan algo y pongan solución a este problema, que les está colapsando el trabajo de su comisaría.

Ya el pasado enero, la Delegación del Gobierno en Madrid propuso una multa de 5.200 euros a la empresa de vigilancia de Primark de la Gran Vía madrileña, Prosegur, por falta de vigilantes de seguridad.

El departamento de seguridad privada de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana constató tras varias inspecciones que solo había 11 agentes y no 31, cifra que recoge el contrato de Primark con Prosegur.