Hacía 13 años que una situación con rehenes no acababa así de mal en Los Ángeles. Todo empezó con una llamada avisando de un apuñalamiento en una iglesia.

Una patrulla localiza al sospechoso, un treintañero hispano, que acaba de agredir a su exnovia. Comprueban que sigue armado con un enorme cuchillo jamonero. El hombre hace caso omiso a los agentes, que lo identifican como un reo con un largo historial trufado de violencia, machista y de todo tipo.

No duda en parapetarse tras una rehén, una sintecho. Y cuando empieza a lesionarla, los tres agentes disparan para abatirle, hasta 18 veces. Trágica, pero previsiblemente, varios disparos alcanzan a la rehén.

Ante el preocupante aumento de los tiroteos involucrando a la Policía losangelina, sus agentes tendrán que entrenarse de nuevo y se les equipará con armas no letales.