La DANA ha provocado la anegación de muchas localidades en el litoral mediterráneo y que, en algunas de ellas, los vivos hayan tenido que convivir durante días con los muertos. Bien porque no se habían encontrado los cuerpos, o como en el caso de un vecino de Catarroja, porque la inundación de su casa hacía imposible el traslado del cuerpo de su madre y corría el riesgo de que se lo llevase la corriente. Para evitar esa situación, le pidió a un vecino si podía meter el cadáver en su casa.
"Mi madre, la puerta rota, se me la lleva el agua y pensé: 'Señor Martín, por favor, ¿me dejas meter el cuerpo de mi madre?', y el hombre sin pensarlo me dijo: 'Ya, vamos a sacarla', y enseguida cogimos con una manta mis hijos y dos vecinos más y la subimos allí arriba", ha narrado.