El Parlamento Europeo ha dado este martes su visto bueno al acuerdo entre instituciones para proteger con un marco basado en indicaciones geográficas aquellos productos artesanales o industriales de gran valor que, por la singularidad de su origen y producción, deban ser protegidos como marca dentro de la Unión Europea y en los acuerdos comerciales.

Estas normativas preservarán los conocimientos tradicionales en la UE y facilitarán la supervivencia de productos artesanales vinculados a zonas de protección y lucharán contra el plagio: serán ayudas para que los productores locales luchen contra las falsificaciones. Porque el consumidor podrá ver garantizado en un sello de calidad que lo que está comprando tiene la calidad prometida.

En Europa quedarán protegidos más de 800 productos, de los que 200 son españoles. Como la cerámica de Talavera, los bordados lagarteranos, los cuchillos de Albacete, los encajes de Almagro, los vidrios y cristales de La Granja. También se incluyen los azulejos sevillanos como los que cada día pinta Nuria González en la Cerámica Artística Antonio González, en Mairena del Alcor. Ella lamenta que pueda llegar tarde la protección, porque ya se han perdido muchos talleres de cerámica. También lamenta que sea una institución europea, y no una local, la primera en ayudar a estos pequeños artesanos.

El calzado artesanal de Elche también obtendrá esa protección. Industrias en las que hacen de principio a fin todo el proceso, desde el cortado y aparado al terminado de zapatos. Rubén Carbonell, presidente de la marca de calzado ilicitano Wonders, cree que les va a proteger de las grandes importaciones de calzado que llegan desde China. Este mecanismo europeo, una vez implantado, también busca crear nuevos puestos de trabajo y atraer turistas.

Cómo detectar la verdadera cerámica de Talavera

También es el caso de Pablo Adeva, que lleva desde 1980 como ceramista en su pequeño taller de Talavera de la Reina, en Toledo. Antes que él, lo fue su padre, y ahora comparte pinceles con su hermano Javier, a quien también puedes conocer en este vídeo de laSexta Noticias. En tiempos en los que su artesanía estaba en auge, llegaban a encontrar piezas en las que se leía 'Hecho en Talavera', en fábricas andaluzas. La mejor manera de diferenciar una cerámica de Talavera real de una copia, nos cuenta, es dándole la vuelta. Por detrás pondrá no solo su origen, sino también el nombre del taller o del artesano que la ha fabricado.

Podría ser el de su hermano Javier. Él con el pincel en la mano nos cuenta que puede tardar 3 horas y media en pintar un plato con los tradicionales colores azul y amarillo que caracteriza sus cerámicas. En tienda lo venden a poco más de 60 euros, lo que paga a 20 cada hora de trabajo minucioso y detallado, conseguido tras años de dedicación.

La cerámica de Talavera, que es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad desde 1919, décadas atrás daba trabajo a más de 100 trabajadores por taller. Ahora los que quedan se cuentan con los dedos de una mano. También sus empleados, y ni los dos hijos de Javier ni los de Pablo ni los de la tercera trabajadora del pequeño taller han heredado la vocación por la cerámica. "Ninguno de nuestros seis hijos va a seguir nuestros pasos", cuenta. Esta falta de vocación es uno de los principales problemas que tiene la artesanía en España.