La ola de calor que ha azotado con fuerza a España ha dejado algunos récords históricos. Por ejemplo, en la estación del Aeropuerto de Valencia, que recoge datos desde 1966, se batió este viernes el récord de temperatura más alta en un mes de junio, con casi 40 grados centígrados. De hecho, este sábado se ha vuelto a superar esa barrera de los 40. En este sentido, una veintena de municipios de la Comunidad Valenciana están en alerta por posible noche ecuatorial: se prevé que las mínimas allí no bajen de los 25 grados.
Pero no son todo malas noticias. Con el descenso de las temperaturas que esperamos para mañana, España da por terminada, en principio, la ola de calor, aunque todavía se rondarán los 40 grados en zonas del este del país. Especialmente, como se indicaba al principio, en el territorio valenciano y en parte del catalán, pero también en Zaragoza, donde se esperan unos 37 grados; en Granada, también con 37; o Baleares, territorio autonómico en el que se espera rondar los 36 grados.
En el resto del territorio pueden caer las temperaturas hasta 10 grados, como en el caso de Galicia, que rondará los 19. En País Vasco se esperan unos 29 grados, mientras que en Madrid, 30. También se relajará el calor en zonas como Sevilla, que pasaría de los 40 a los 29 grados. Además, durante la próxima semana seguirán bajando más aún las temperaturas, llegando a registrar menos de diez grados en comunidades como Castilla y León, donde será necesario volver a recuperar las chaquetas. Una ola de calor que, aunque ahora acaba, ha dejado situaciones extremas.
Sobre todo, en lo relacionado a lo laboral. Los trabajadores de ‘Crown Valencia’ denuncian que trabajan bajo un calor imposible. "Llegamos a sobrepasar los 42 grados", ha lamentado Jorge López, presidente del comité de trabajadores. Llevan años pidiendo un sistema de refrigeración que les proteja de las altas temperaturas a las que están expuestos. "Trabajar en movimiento dentro un ambiente cerrado, con las protecciones auditivas o las gafas de seguridad, da una sensación asfixiante", ha criticado López.
Dentro, el termómetro marca de media más de 40 grados. Una temperatura que está muy por encima de lo que establece la normativa. "En almacenes o cadenas de montaje, la temperatura mínima debe ser de 14 y la máxima de 25 grados", ha apuntado Robert Gutiérrez, jurista experto en derecho laboral. Incumplirlo puede suponer un riesgo para la salud de los trabajadores, pero también de los más pequeños.
En el colegio Tempranales, en San Sabastián de los Reyes, Madrid, denuncian la falta de medios para combatir el calor extremo. "Hemos recibido notas de familias preocupadas ante golpes de calor que han sufrido sus hijos debido al calor y a la falta de espacios con sombra", ha señalado Laura del Valle, presidenta del AMPA del Colegio Tempranales. Y no sólo por los golpes de calor. Las altas temperaturas pueden afectar al "sistema cardiorespiratorio, al sistema renal, al hepático…", ha señalado Claudia Naroki, experta en salud laboral.
Tanto expertos como sindicatos insisten en que este es un riesgo emergente porque las olas de calor se multiplican y urge tomar medidas. "Hay que implantar sistemas de jornada intensiva, de modo que los horarios coincidan con las horas de menos luz y de menos calor", ha destacado Robert Gutiérrez. Por su parte, Claudia Naroki pide "no improvisar", dado que "hay que identificar y evaluar cualquier riesgo" relativo a estas condiciones.
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Además, los picos de calor cada vez se producen antes, algo que perjudica, aún más, nuestro cuerpo. "Son los más peligrosos porque nuestro cuerpo no está aclimatado al calor, y el resultado a la exposición puede ser grave", ha añadido la experta en salud laboral. De ahí la urgencia y la importancia de no trivializar.
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