El parque temático PortAventura World, situado en los municipios de Vilaseca y Salou (Tarragona), sufrió este domingo un importante susto con motivo de la caída de un árbol que provocó 14 heridos, dos de los cuales siguen ingresados en estado grave.
Varias de las ramas de dicho árbol cayeron sobre la atracción Tomahawk, usada habitualmente por público infantil, golpeando a varias personas que se encontraban montando en ese momento y sin que se produjera descarrilamiento de los coches.
Tras el accidente, la empresa del centro de ocio publicó un comunicado asegurando que la atracción había pasado a primera hora de la mañana la inspección interna de seguridad hecha por el propio parque y que este incidente era "un suceso completamente ajeno a la operativa y mantenimiento de nuestras atracciones, las cuales cumplen con los más altos estándares de seguridad y son sometidas a rigurosas revisiones diariamente".
Lo cierto es que en la mañana del domingo la zona esta siendo azotada por fuertes vientos y Protección Civil tenía activada la alerta del plan VENTCAT por rachas que han superado los 100 kilómetros por hora en el sur de Cataluña. Dicho aviso se levantó al mediodía al disminuir la intensidad del viento.
El suceso ha evocado, inevitablemente, a otro accidente anterior vivido en la misma Tomahawk en 2009, en la que un trabajador de mantenimiento falleció tras ser atropellado por una vagoneta. En este caso, y a pesar de haberse producido en el escenario de un parque de atracciones y de suceder en la misma atracción, el accidente ha tenido más que ver con el estado del arbolado y el temporal. Los accidentes graves en parques de atracciones fijos, aunque sean pocos, quedan en nuestra memoria por su gravedad y suelen evocar el debate acerca de la seguridad y de si se siguen los controles suficientes. Actualmente, en España los parques de atracciones siguen una normativa europea cuya última actualización se aprobó en 2019.
Los accidentes graves en los últimos años
Uno de los accidentes más graves y marcaron a la ciudad de Madrid fue el sucedido en El Pulpo del Parque de Atracciones de Madrid en el que murió una menor de ocho años en 1986. Ese accidente causó una gran conmoción y el caso se cerró sin responsables penales, aunque el juez que instruyó el caso advirtió de la falta de normativa de seguridad sobre atracciones y pidió instalar cinturón de seguridad en la atracción, que terminó cerrándose tras el accidente.
Estos son otros accidentes graves sucedidos en parques de atracciones de España en los últimos 40 años.
- 1997: un hombre de 32 años muere en la atracción Stampida de PortAventura poco después de estrenarse.
- 2005: en el Parque Warner de Madrid, un joven de 22 años muere tras un accidente en el Hotel Embrujado. El chico sufrió un ataque de pánico, se puso de pie y se golpeó en la cabeza.
- 2010: otro accidente que causó conmoción fue el de la atracción El Péndulo del Parque Tibidabo, en Barcelona. Un fallo provocó que el brazo articulado de la atracción se rompiera, provocando la muerte de una adolescente de 15 años y causando graves heridas a dos personas más. El Tibidabo, que en más de cien años de historia no había tenido un accidente mortal, cerró definitivamente la atracción un mes después del accidente.
- 2014: un joven islandés de 18 años salió despedido de la atracción Inferno de 'Terra Mítica' en Benidorm (Alicante) y murió.
- 2017: dos convoyes del Tren de la Mina del Parque de Atracciones de Madrid chocaron e hirieron a 33 personas. Afortunadamente no se produjo ninguna muerte.
- 2022: el otro accidente más reciente, en este caso leve, aunque provocó un buen susto, fue la parada que sufrió la atracción Abismo, una montaña rusa del Parque de Atracciones de Madrid en la que unas diez personas quedaron colgadas en vertical durante más de una hora sin poder bajar de ella. El propio Parque aseguró que la situación estaba controlada y remarcó que todas las atracciones son revisadas de forma diaria por los operarios. No hubo heridos.
También los parques acuáticos aguardan algún trágico accidente, como el sucedido en 1986 y en el que un chico de 20 años falleció tras saltar desde un trampolín del parque acuático Illa Fantasía, en Vilassar de Dalt (Barcelona).