El español Daniel Sancho, que se enfrenta a un juicio en Tailandia por el supuesto asesinato del colombiano Edwin Arrieta, declarará finalmente este jueves, una vez concluya hoy el turno de la Fiscalía con un solo testigo. Sancho testificará durante toda la sesión de mañana, dividida en los turnos matutino y vespertino, en el Tribunal Provincial de Samui, donde se celebra su juicio desde el pasado 9 de abril.

Si bien se había anticipado que Sancho pudiese empezar a declarar hoy, al término del turno de la Fiscalía, los cortes eléctricos en el tribunal por motivos de mantenimiento, que en consecuencia desconectaron el aire acondicionado, provocando un calor sofocante en la sala, han hecho que se suspenda la sesión de la tarde.

El único en declarar este miércoles en la sesión matutina es el abogado español Juan Gonzalo Ospina, en representación de la familia Arrieta y como testigo de la coacusación, que actúa junto a la Fiscalía.

El abogado de Daniel Sancho, Apirchat Srinual, afirmó este miércoles que el acusado está "siempre dispuesto a declarar", antes de confirmarse si lo haría hoy o mañana. "Lo ideal sería que Daniel declarara durante un día entero, pero si es esta tarde, solo tendrá cuatro horas y media porque es probable que el fiscal tenga muchas preguntas", había indicado el letrado a las puertas del tribunal antes de iniciarse la sesión.

Sancho, de 29 años, fue detenido el 5 de agosto tras confesar el asesinato y descuartizamiento del cirujano colombiano, cuyos restos fueron esparcidos por la isla de Phangan (cercana a Samui) y el mar, aunque después se ha declarado inocente y asegura que la muerte se produjo durante una pelea en defensa propia.

Durante la primera vista del juicio oral el 9 de abril, Sancho escuchó de nuevo los cargos que la Fiscalía presenta en su contra, y aceptó tanto el de ocultación del cadáver, por el descuartizamiento de Arrieta, como por primera vez el de destrucción de documentación ajena, por la desaparición del pasaporte del colombiano, que antes había negado.

El español volvió a declararse no culpable del único cargo de extrema gravedad, el de asesinato premeditado, entre la veintena de delitos para los que el Código Penal tailandés contempla la pena de muerte, si bien no suele aplicarse y se suele conmutar por la cadena perpetua.

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