El abogado de David Serrano, dueño de la finca donde el pequeño Julen murió al caer a un pozo, ha presentado un informe en el que responsabiliza de la muerte del menor a los servicios de emergencias: asegura que el menor murió por los golpes que recibió en la cabeza de las herramientas utilizadas en el rescate y no por la caída de más de 70 metros.
El informe, al que ha tenido acceso laSexta, sostiene que el menor sobrevivió a la caída alegando que se le escuchó llorar durante más de 30 segundos. Asegura el escrito que, según la autopsia preliminar, Julen murió por un traumatismo craneoencefálico servero en la zona fronto-temporal, una zona que, según la defensa del dueño de la finca, no pudo recibir impactos durante la caída debido a que los brazos, que tenía en alto, le protegían.
Dice en ese informe la defensa que los diez impactos con la piqueta sobre el tapón, que cifran en 15 centímetros de espesor, pudieron producir las heridas en la cabeza del menor pocas horas después del accidente.
El informe, que solamente está firmado por el arquitecto Jesús María Flores Vila y no por ningún médico, apunta que cuando se extrajo la piqueta por última vez, se recogieron de su extremo ocho pelos del menor, lo que según el autor, refuerza su teoría.
El escrito forma parte de la estrategia de defensa de dueño de la finca diseñada por su abogado Antonio Flores. La juez ya citó a declarar a David Serrano por homicidio imprudente debido a las versiones contradictorias sobre el sellado del pozo por el que cayó el menor.
La versión de David Serrano, dueño de la finca de Totalán donde falleció el pequeño Julen al caer por un pozo de más de 100 metros de profundidad, se contradice con la inspección ocular que hizo la Guardia Civil al llegar al lugar, a la que ha accedido diario Sur, y que apunta a que no había rastro de bloques de hormigón cerca de la boca del túnel por donde cayó el menor.